En los últimos años hemos asistido a un gran avance de estudios sobre inteligencia emocional (IE) o inteligencia interpersonal (Gardner, 2005), esa habilidad que tenemos los seres humanos para poder identificar, comprender y gestionar nuestras emociones, plasmado en publicaciones y ediciones sobre distintas temáticas y aspectos ad hoc, que se pueden encontrar en todas las librerías.
A lo que apunta la gestión emocional es a reducir nuestro estrés, superar desafíos, evitar conflictos y mejorar nuestra comunicación. Para eso, dentro de la IE, una herramienta muy efectiva es la comunicación asertiva. En los distintos ámbitos en que nos movemos, la familia, el trabajo, instituciones, resulta necesario expresarnos de manera ecológica, tanto para nosotros mismos como para nuestro entorno.
Qué es ser asertivos: vayamos al orígen…
La palabra “asertividad” proviene del latín assertus que significa certeza, por lo que se utilizaba para llamar a quienes realizaban una afirmación con certeza. Pero en 1940, Andrew Salter -fundador de la terapia refleja condicionada, una forma temprana de terapia conductual que enfatizaba el comportamiento asertivo y expresivo-, clasificó la palabra asertividad como un rasgo de personalidad que algunas personas podían tener. En tanto, en 1958 Joseph Wolpe y Richard Lazarus descubrieron que casi todas las personas pueden ser asertivas en algunas situaciones, mientras que quizás en otras no lo sean, por cuanto la definieron como “la expresión de los derechos y sentimientos personales”.
Pero el concepto como tal fue evolucionando y, actualmente, cuando se habla de asertividad se hace referencia a la capacidad de comunicar nuestros sentimientos y necesidades, sin herir y ofender a otros, en una especie de equilibrio. Ser asertivo no es lo mismo que tener habilidad social, ya que la asertividad es sólo una parte de las habilidades sociales, que nos permite defender nuestros derechos, sin agredir o ser agredido.
Por su parte, la Real Academia Española (Rae) define asertividad como “dicho de una persona que defiende su opinión de manera firme”.
Lo que diferencia a una persona asertiva de una pasiva, o de otra agresiva, es el famoso “win win” (ganar ganar en inglés). En una comunicación asertiva se entiende que todos ganamos; mientras que el pasivo es quien calla diciendo «tu ganas», y el agresivo “yo gano”.
Porqué es importante ser asertivo…
Ser asertivo en nuestras relaciones nos permite llegar a acuerdos, consensuar de modo más fácil, lo que genera un buen clima entre las partes. Se trata de una conducta basada en el respeto, tanto hacia los demás como hacia uno mismo.
Pongamos algunos ejemplos para ver cómo se diferencia una comunicación asertiva, de una que no lo es. Supongamos que nos sentamos en un bar a comer algo. Viene el camarero y cuando trae el pedido, nos damos cuenta que los cubiertos están sucios. Ante dicha situación, nos encontramos con 4 opciones: a) no decir nada, y usar la copa sucia aunque a disgusto; b) limpiarla, pero luego de la mala experiencia no volver al lugar; c) llamar al camarero, explicar la situación y pedir por favor que nos cambie la copa; y d) armar un escándalo, enojarte con el camarero y decir que no volverás a ese lugar
Qué haría una persona asertiva, que se respeta a sí mismo, por cuanto cree necesario emitir lo que piensa, pero sin agredir, porque también respeta a los demás. La respuesta ecológica si queremos evitar nuestro estrés a causa de pensamientos inútiles y tratar a las demás personas con respeto, la opción c es un ejemplo de comunicación asertiva, dado que se aleja de lo que pudieran haber sido respuestas pasivas, evasivas o agresivas.
Ante personas poco asertivas o reactivas, es importante fortalecer la empatía y mostrar interés por los sentimientos y derechos de quienes nos rodean. Otra técnica para aplicar en situaciones tensas, es desarmar antes al otro con un reconocimiento de su labor, persona o tarea, para luego hacer un pedido de lo que necesitamos. De esta manera, se defendemos nuestros derechos, sin vulnerar los ajenos
Tips para ser más asertivos
Aquí van algunas técnicas para potenciar tu conducta asertiva:
– Auto revelación: Hacernos cargo en primera persona de cómo me siente o de lo que pienso.
– Descripción objetiva: describir la situación de la forma más objetiva posible.
– Preguntas: Partiendo de una relación basada en el respeto, siempre debemos indagar y no dar nada por sentado, preguntar al otro lo que quiere, piensa y siente.
– Disco rayado: ante una conversación, podemos optar por repetir el mismo argumento de forma tranquila, manteniendo así nuestra postura, sin alterarnos.
– Banco de niebla: dar la razón o simplemente no negar ni confrontar una crítica.
